Desgarro del tórax por ataque de un perro
Mascota: Toddy. Macho, Chihuaha. 3,5kg de peso.
Propietaria: Ángela.
Ángela suele pasear por zonas tranquilas con sus dos perritos, Toddy y Maca. Lo hace así, por lugares donde no hay muchos perros porque Maca es muy asustadiza y Ángela procura que esté tranquila.
En uno de sus paseos diarios, se les abalanzaron corriendo dos perros que iban sueltos. Maca, asustada se soltó de la correa y salió huyendo, perseguida por uno de ellos. El otro atacó a Toddy, mordiéndole en la zona del tórax y destrozándole todo el lado derecho.
Ángela pensó que su perrito no había sobrevivido al ataque, pero al cogerlo pudo comprobar que respiraba y, sin pensárselo, llamó a sus hijos para que fueran a buscar a Maca mientras ella se dirigía lo más rápido posible a un hospital veterinario para tratar de salvarle la vida a Toddy.
Ya en el hospital veterinario, el primer paso fue comprobar que la lesión del tórax no había afectado a la respiración y las heridas no penetraban hasta el pulmón. Lo anestesiaron para resituar toda la piel que el perro atacante había destrozado y, tras unas horas ingresado, Toddy pudo volver a casa, aunque con medicación muy fuerte para la infección y dolor.
Por suerte, Ángela pudo volver con Toddy y Maca ya estaba esperándola en casa. Al día siguiente, Ángela llevó al perrito a nuestra clínica veterinaria de Santa Coloma de Gramenet, explicándonos lo sucedido muy afectada. Con mucho cuidado, levantamos el vendaje y le curamos la herida, que se veía inflamada y supuraba. Decidimos, dado que era un caso muy delicado, vernos todos los días para poder curarlo nosotros.
Día a día veíamos cómo la cicatriz empeoraba porque había una parte de la piel que se estaba empezando a necrosar, debido al fuerte traumatismo que había sufrido.
Una semana después acordamos intervenirlo para eliminar todo el tejido muerto. Fue una decisión muy acertada, ya que a partir de entonces la herida comenzó a mejorar y respondía de forma positiva a las curas diarias y a la medicación. A los 15 días pudimos darle el alta.
Hoy en día Toddy está totalmente recuperado físicamente, aunque pasó un tiempo hasta que pudo comer con normalidad. Aún tiene ataques de pánico cuando va por la calle y ve a otros perros, porque el accidente lo dejó muy marcado.
Ángela tampoco pasea tranquila, ya que va siempre vigilando que no haya otros perros que puedan atacar a sus mascotas.
Por todo esto, desde Barri Llatí Centro Veterinario de Santa Coloma de Gramenet, queremos resaltar la importancia de llevar a los perros con correa, sobre todo si somos conocedores de que tienen un carácter reactivo o complicado. Es difícil prever las reacciones que van a tener, por lo que es muy importante que seamos responsables con nuestras mascotas.